Las cruzadas contra los albigeneses (s.XIII), tuvo momentos de excesiva crueldad. En el año 1209 los soldados del arzobispo de Narbona llegaron a las puertas de Béziers, asaltando la ciudad en un accionar relamente sangriento. Ante la preocupación de algunos oficiales por el hecho de que en la masacre morirían no sólo herejes, sino también muchos católicos ortodoxos, el arzobispo había dado la siguiente orden:
"Matadlos a todos, Dios ya sabrá reconocer a los suyos"
MF
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