Ptolome I Sóter, rey de Egipto entre 305 y 285 a.C., integró en su corte al metemático y pensador griego Euclides para recibir lecciones particulares. Comenzo interesándose por su obra cumbre, Elementos, pero como no la entendia, le pidió al maestro: ¿No podría resumirme su trabajo en pocas palabras? y Euclides le contestó:
"Imposible. No existen atajos para la ciencia y el saber".
MF
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